viernes, 9 de julio de 2010

Bosques destruidos en Nechí

Por: Juan Hoyos

Siento mucha tristeza al ver como el ser humano ha acabado con la naturaleza, este hermoso paraíso que Dios nos dio. Con sólo la tala de los bosques sin pensar que al no volver a sembrar aquel árbol que cortaba esta se iba acabando; el hombre tenía una rutina incansable de talar sin cesar cuanto árbol le sirviera para trozarlo en madera, luego venderlo para ayudarse en su sustento económico.

Es por esto que me llama mucho la atención escribir este relato porque a través de este escrito puedo desahogar mi tristeza; ya que por esta tala tan indiscriminada hasta las aguas aquellas fuentes cristales se van secando, lo cual causa un desequilibrio en la naturaleza y la capa de ozono se debilita cada día mas, yo quiero que a través de este relato, nos concienticemos a cuidar de nuestro entorno, aprendiendo cada día mas que si talo un bosque, debo asumir el compromiso de volver a sembrarlo, un que no sea de la misma especie pero que se vea sembrándolo. Para así conservar el liquido preciado (agua) y mantener el oxigeno en perfecto estado de pureza, ya que estos son los pulmones del mundo (arboles)

La Tristeza Del Bosque

Había una vez en la vereda San Pablo Medio, un bosque que se sentía muy alegre, era tanta la alegría que se notaba el homenaje que tenía sus hermosas ramas con sus hermosas hojas verdes escondidas, cuando de pronto fue sintiendo una tristeza porque veía que sus hermanos iban desapareciendo poco a poco, mas no sabía porque; ni cómo estaba sucediendo.

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